Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 42. Tengo sed de Dios

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. Si alguien tiene sed, dice el Señor,
Que venga a mí y beba.


Como la cierva suspira por el arroyuelo,
Así mi alma suspira por Dios.

Tengo sed de Dios, de un Dios vivo.
¿Cuándo podré encontrar a mi Padre
en una cara a cara con él?

Hoy, estoy muy feliz;
Me repito a cada instante: ¿dónde está mi Padre?

Me acuerdo de los momentos maravillosos
En los que él me dejaba entrever su misterio;

Era la fiesta dentro de mí,
Tenía ganas de estar siempre con él.

¿Por qué dejarme abatir y callarme
gimiendo con mis pobrezas?
¿Por qué cesar de esperar en mi Padre?

Sí. Él se manifiesta todavía a su hijo;
Podré saborear su amor que me salva.

Es verdad que me siento pequeño,
Pero por eso mismo te suplico

Contemplando tu presencia
En las altas montañas
Como en las humildes colinas.

Las pruebas basculan en mi vida
Como las olas de la mar;

Ellas se empujar una a la otra
Y terminan por sumergirme.

Fue un tiempo en el que mi Padre se manifestaba
Constantemente, durante el día y la noche.

Hablaba con él y le rogaba sin cesar.
Era todo en mi vida.

Ahora, repito a este Dios
En quien he puesto toda mi seguridad:
¿Por qué tengo la impresión de estar olvidado?
¿Por qué esta tristeza que me pesa
bajo el peso de mis pruebas?

Mi corazón está lleno de sufrimientos.
Me insinúa a menudo dudas,

Me repite que estoy loco:
¿Por qué continuar creyendo en Dios?

Y respondo: ¿Por qué gemir
Y replegarme en mí mismo?
Toda mi esperanza está en mi Padre;

No cesaré de festejar su amor,
Él que lleva en su corazón todo mi futuro.
.