Salmos y experiencia personal de Dios

Salmo 27. Habitar en la casa del Padre

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Antífona. El Señor es mi luz y mi salvación:
¿a quién temeré?


El Padre es mi ilusión y mi salvación,
¿a quién temeré?

Es la fortaleza de mi vida,
¿ante quién voy a temblar?

Sea cual sea el mal que me ataca
Tentándome con destruirme,

Nunca puede alcanzar mi corazón
Y termina en la derrota.

Incluso si el atacante es feroz,
Mi corazón no teme nada;

Incluso en lo más fuerte de la lucha,
Mi confianza no decae.

He pedido una cosa al Padre y n él me mantengo:
Vivir en su presencia todos los días de mi vida;
Saborear su dulzura y tomar cuidado de sus hijos.

Se coloca entre las desgracias y yo
Para que no puedan quebrantarme:

O bien me atrae a su intimidad,
O bien me concede dominarlos.

Ahora, me encuentro más fuerte
Que todos las desgracias posibles.

En presencia del Padre, me gusta ofrecerle
Todas mis luchas diarias
En homenaje como acción de gracias.

Y cantarle este salmo
A la gloria de su amor.

Cuando pienso en mi vida futura,
Padre, escucha mi oración
Y respóndeme con bondad.

Me has dicho que busque tu rostro.
Sí, Padre, lo busco;

No me lo escondas,
Incluso si merezco que me rechaces.

No olvides que me has enviado a tu Hijo;
Ha tomado carne humana
Para acercarme y ofrecerme la salvación

Ahora, no te alejes de mí.
Acógeme como a tu hijo,
Incluso si todo el mundo me abandona.

Te ruego que me muestres mi camino,
Que me indiques siempre el bueno
A pesar del mal que me acecha por todas partes.

Sobre todo, que la mentira y la violencia
No me invadan mi vida.

Padre, estoy seguro de verte cara a cara
Al dejar mi vida terrenal.


Espero con fuerza y valor;
Sí, Padre, te espero.