Con el corazón ante los salmos
Salmo 105.”Sálvanos, Señor Dios nuestro, reúnenos de entre los paganos, y daremos gracias a tu nombre santo y alabarte será nuestra gloria”.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Adorar en silencio
- Callar antes que hablar
- Silencio lleno de vida
- El habla dentro del corazón

Reflexión:


• Ante la situación que me presenta hoy Palabra, Señor, sólo se me ocurre una cosa: adorarte en silencio.
• Me repito las palabras del Deuteronomio: “Calla y escucha, Israel”. De entre tanta gente que hoy se profesa agnóstica o atea, yo sigo aferrado a los principios de tu Palabra de forma inquebrantable.
• Quien quiere escuchar a Dios, debe amar el silencio. La supremacía de Dios es reconocida y aceptada por el creyente, ante todo, con la adoración silenciosa y con la oración prolongada.
• Mi actitud, Señor, no es la de hablar, sino la de callar para escuchar.
• Permanecer en silencio delante de Dios no es tiempo perdido (como creen muchos materialistas), vacío de trabajo y de sentido, sino expresión del estupor que él provoca en nosotros y signo de adoración y del respeto que él merece.
• Sin silencio exterior, ausencia de voces, sonidos y rumores, y sobre todo sin aquel silencio interior, que hace 
callar nuestros deseos y la voluntad de vivir por y para sí mismos, no encuentra en nosotros espacio la palabra de Dios, ni acogida cordial: El Maestro, decía san Agustín, habla dentro del corazón, enseña en la intimidad, haciendo inútiles las voces que vienen de fuera.
• Se trata de un silencio lleno, que sabe que está en la presencia de un Dios adorable y permanece-como el empleado- con los ojos dirigidos hacia su señor.
• Señor, estoy invitado a redescubrir en el silencio y en la adoración tu llamada a ser persona delante de ti, gracias a que tu Palabra me interpela.
• Así, amigo Señor, es como te adoro en esta mañana fulgurante de sol por tu bella naturaleza.

Buenos días, Señor, y gracias.