Con el corazón ante los salmos
Salmo 104. “ No toquéis a mis ungidos, no hagáis mal a mis profetas”.

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Ungido y profeta
- Derroche de amor
- Carisma de la vida consagrada
- Su valor: restituir a Cristo
- No defraudas

Reflexión:


• Señor, te doy gracias por haberme elegido para que sea tu ungido y tu profeta en estos tiempos especiales que atravesamos. Tus palabras me han llegado a lo más hondo de mi corazón.
• Por mi mente- al estilo de una película- pasan fotogramas de todo tipo. En todos ellos, en conjunto, veo tu mano y tu Palabra alentadora.
• Hay gente a mi lado que no entiende este derroche de amor que has tenido conmigo. No comprenden que te haya seguido de esta forma. Para ellos, lo normal es que tuviera dinero, que no tuviera que obedecer nadie y que tuviera mi mujer e hijos.
• Pero las palabras de tu Vicario, el Papa, respecto a los ungidos/as son claras: “... Ha sido un período no exento de tensiones y pruebas, en el que experiencias, incluso siendo generosas, no siempre han se han visto coronadas por resultados positivos”.
• Mas estas dificultades no han llegado a oscurecer el valor especial de la vida consagrada en la Iglesia: es más, 
hacen más urgente una clarificación de la identidad ontológica, fundamental, también en relación con los otros estados de vida.
• Pienso, amigo Señor, que el carisma de la vida consagrada debe ser comprendido de nuevo y vivido con mayor claridad teológico-pastoral.
• El verdadero desafío actual de la vida consagrada es el de restituir a Cristo a la vida religiosa y la vida religiosa 
a Cristo, sin darlo ya por logrado.
• Señor, te doy las gracias por haberme llamado a esta misión de ungido y profeta. Haz que siempre sienta tu protección y tu ayuda en todo. Sé que tú no defraudas. 

Buenos días, Señor, y gracias.