Con el corazón ante los salmos
Salmo 81.” Levántate, Dios, y juzga la tierra, porque tú eres el dueño de todos los pueblos”

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- La justicia humana no funciona
- Mafias a la vista
- Ausencia de honradez
- Que no me turbe

Reflexión:

• Señor, acabo de escuchar la nueva ley del divorcio en España. Ya existe en otros países. Me ha causado una gran pena. 
Una pareja se puede separar a los pocos días de haber contraído el matrimonio.
• La justicia no funciona según tus designios. No se cumple tu voluntad divina que vale para todos los tiempos.
• Me imagino que esta ley llevará consigo la desconsideración de la persona. Se empleará por la mafias para casarse y darle trabajo y nacionalidad a chicas o chicos provenientes de otros países.
• Los tribunales, me imagino, se inclinarán por los ricos que ganen pingües ganancias a costa de algo tan fundamental en la vida como la unión para siempre de hombre y mujer.
• La honradez brillará por su ausencia y saldrá perjudicado el pobre. Pido por ellos, para que se sientan confortados con tu auxilio.
• Me siento feliz porque sé que tu amor se impondrá a tanta veleidad de los hombres que actúan por intereses 
ideológicos y por hacer caso a quienes no tienen la madures afectiva ni sicológica para afrontar la convivencia con otra persona.
• Me siento incapaz ante esta situación nueva en la sociedad en la que vivo. No puedo hacer nada, salvo- claro está- escribir en contra de estas medidas que van en total desacuerdo con tus designios sobre el hombre y la mujer.
• Espero que les pidas cuentas algún día y que sus conciencias vean tu luz de misericordia y de perdón. 
• Levántate, Señor, y juzga a esta tierra y sobre todo a quienes desvirtúan tu justicia en la tierra. ¿Por qué será que a medida que avanza el bienestar material, tú eres marginado de las instituciones?
• Es un tema inexplicable.
• Haz que mi corazón no se turbe ante tanta injusticia. Quiero luchar contra estos problemas con mi palabra y con actitud limpia y clara, obedeciendo tu mandato: “Lo que Dios ha unido que no lo separa el hombre”.

Buenos días, Señor, y gracias.
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