Con el corazón ante los salmos
Salmo 65.” Venid a ver las proezas de Dios, sus hazañas formidables a favor de los hombres”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Creyentes sin experiencia de Dios
- Ser más audaces
- Actitud de caminante
- Gratitud y más valentía


Reflexión:

• Una de las causas de por qué va la vida del creyente no marcha del todo bien, es porque no tiene experiencia de Dios. 
Y aquí, en este Salmo, el Señor le hace una invitación clara a que se mueva y vea lo que Dios hace con él.
• Sin la experiencia diaria de Dios se toma muchas veces todo en plan rutinario o bien en puro ritualismo y 
cumplimiento fríos
• Señor, tú nos haces y me haces una auténtica provocación sana: que me convierta en un testigo experiencial de tu vida de cara a mí mismo y con la suficiente fuerza de convicción como para arrastrar a otros a la verdadera dimensión de la fe: tu experiencia.
• Si tuviéramos la osadía que nos exige tu Evangelio, todo iría a pedir de boca. Sí, porque estas tres palabras marcan el hito de toda nuestra vida.
• El “ven” significa para mí estar en continua búsqueda de tu vida. Una vida que siento dentro de mí, una vida que expando y aflora de mis labios como fruto de mi contacto y de mi encuentro contigo.
• El hecho de moverme en tu atmósfera requiere por mi parte no quedarme pasivo. Cualquiera que está a tu lado, se siente impulsado a trabajar intensa y profundamente por tu Reino. Un Reino que se cumple en mí siempre y cuando confíe en ti 
y no en mis propias fuerzas. Un Reino que requiere por mi parte la actitud de caminar por las exigencias de tu vida. Un Reino que me haga decir como a san Pablo: “No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí
• De aquí, amigo Señor, que mi vida no puede quedarse en la tranquilidad. Al contrario, tú me llamas a vivir tu 
experiencia. Y ésta supone en mi vida una nueva orientación: meterme en todos los líos en los cuales pueda manifestar mi coherencia de creyente en ti.
• Siento también, en este Salmo, un sentimiento enorme de gratitud por todo cuanto haces a favor de los hombres.
• Te pido perdón por quienes no te dicen nada. Y también por mí. Hay veces en que no soy lo suficientemente agradecido.

Buenos días, Señor, y gracias.