Con el corazón ante los salmos
Salmo 62.” Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo, mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti...¡Cómo te contemplaba en el santuario viendo tu fuerza y tu gloria”.
Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 


Sentimientos:

- Sed de ti
- Enemigos
- En ti encuentro todo
- Los subterfugios de Dios

Reflexión:

• Señor, has hecho nuestro cuerpo con tanta cantidad de líquido, que necesitamos beber agua con frecuencia. Nuestra garganta se reseca en los días de calor como un desierto en el que sopla un viento denso y no permite el crecimiento de ninguna planta.
• Tengo sed de ti. Y no solamente lo siente mi cuerpo, tal y como tú lo has creado, sino que también mi alma te anhela de noche y de día. Tiene sed de ti a todas horas. Tú eres el soplo que la mantiene viva.
• En ti hallo el oasis para refrescarme cuando llega el bochorno. Hay momentos en los que uno se siente caído por mor del calor y la falta de una brisa que me acaricie suave y delicadamente.
• En estos tiempo que atravesamos, Señor, necesito más que nunca acudir a la fuente y a tu manantial para saciar la sed de mi alma. Ella sufre los envites de los enemigos. Y como soy de la misma hechura que ellos, siento a veces miedo de que me puedan hacer daño en lo más sagrado de mi conciencia.
• Te pido esta noche, con toda mi devoción, que aumentes en mí el ansia y las ganas de estar contigo contemplando el bello santuario de tu vida divina.. En ella se refugia mi ser entero, en ella encuentro las fuerza necesaria para no sucumbir a la facilidad de dejarme llevar por una sed que no sea la tuya.
• Es muy fácil hoy día encontrar subterfugios para calmar momentáneamente la sed en placeres, en mercados. Pero tú eres para mí, amigo Señor, el supermercado del alma. Y este no se encuentra en los grandes almacenes.
• Haz que mis aspiraciones sean tan limpias que sólo apetezca mi alma tu sed. Quiero gozarme en tu fuerza y en tu gloria.
• No en vanos halagos provenientes de gente superficial. 


Buenos días, Señor , y gracias