Con el corazón ante los salmos
Salmo 36. “Confía en el Señor y haz el bien”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Prisas
- Trabajar para tener más
- Lo justo y preciso
- Enseñanza de la naturaleza

Reflexión:

• Señor, sin darme ni siquiera cuenta, ando de una parte para otra durante todo el día. Las prisas que veo en el 
exterior, penetran en mí como centellas.
• No hay reposo. Todo marcha aprisa. Los aviones, los coches, la gente. Sus caras son un poema de estrés por las calles. Van alucinados, ensimismados en su mirada. No hablan, leen revistas o prensa.
• Tienen que llegar a tiempo al trabajo. Todo es trabajar para ganar más o para tener lo suficiente para vivir. Estos son los menos.
• También yo, Señor, en mi ser interior de llamado por ti, abuso de mis fuerzas. Quiero estar todo el día disponible para los otros. Y descuido estos instantes sagrados para ti y para mi.
• Me meto en mil proyectos por el bien de tu Reino. Pero de este modo, Señor, no los saboreo. Y me mato por trabajar para que todo siga el camino que tú nos trazaste.
• Me doy cuenta de que es demasiado.
• Hoy, al ver la nueva estación que ha comenzado en la naturaleza, me doy cuenta deque ella es más sabia que yo.
• No anda a saltos de mata. No trabaja aprisa. Ahora ha entrado el otoño después del verano.
• Ella se viste del color amarillo en sus hojas. Es todo un cuadro precioso el que ella me brinda.
• No corre nada. Vendrá después el invierno. Parecerá muerta, pero en su interior lleva la fuente de la vida.
• Explotará en primavera para darnos a entender- al coincidir con la fiesta de tu Resurrección- que todo adquiere un nuevo aspecto, que todo se viste de gloria y esplendor.
• Ella, sin prisas, sigue el camino que tú le encomendaste desde la creación.
• Soy yo mismo el que quiere ganar tiempo al tiempo. Y así no se puede vivir. Mejor dicho: se mal vive.
• Confío en ti y haré el bien pero teniendo presente que la precipitación no conduce a nada.

Buenos días, Señor, y gracias.