Con el corazón ante los salmos
Salmo 34.”Di a mi alma: Yo soy tu salvación”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Tu alegre mensaje
- Librarme de mis ataduras
- Ir a contracorriente
- Ni amargado ni cobarde

Reflexión: 

• Cuando hago oración esta anche, antes de irme al descanso, estas palabras del Salmo me han impactado fuertemente en mi alma.
• Me siento ante ellas, feliz y contento. Es el mejor mensaje que he recibido durante el día. ¡Y mira que he oído 
mensajes en la TV, en la radio y en la prensa y de gente que habla sin ton ni son!
• El tuyo me ha llegado en el momento justo y preciso. Sí, porque, tras un día ajetreado, este mensaje me consuela de tal forma que me quedo relajado y gozoso en tu presencia.
• ¡Eres mi salvación! Y esta palabra va calando en mi interior como una gota que forma bellas imágenes en la misma piedra despacio y durante siglos y siglos.
• Y a medida que voy haciéndola carne de mi carne y sangre de mi sangre, experimento que debo salvarme del mal que existe en mí. Sí, Señor, aunque no te pierdo de vista, mi debilidad me lleva a ser egoísta a veces con gente que me cae mal.
• Me debo salvar a mi mismo de las ataduras que me aferran a los pequeños malos hábitos de mi impaciencia cuando otros no hacen lo que debieran hacer.
• Me tengo que librar- para que tu fuerza actúe en mí con mi colaboración-, de no hablar con respeto y dignidad de algunas personas que, por su forma de ser, no se adecuan a la mía.
• Me he de librar de la manía de juzgar a quienes se portan mal conmigo por el sólo hecho de ir a contracorriente de la sociedad. Sí, ya lo sabes, hoy día, un creyente en ti es considerado como un ser extraño.
• Y no quiero por nada del mundo, en estas circunstancias, que en mí aparezca ni el menor síntoma de amargura, desesperación o desencanto por tu Evangelio.
• Arranca de mí la cobardía que me retiene alguna vez en no decir abiertamente ante los demás la alegría que siento con la fe, faro de mi existencia. Sé que, a pesar de ser como soy, tú eres mi salvación.


Buenos días, Señor, y gracias.