Con el corazón ante los salmos
Salmo 33.”Gustad y ved qué bueno es el Señor”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Estremecimiento
- Más cerca de ti
- Vivirte y no cumplir contigo
- El corazón antes que la razón
- Gustarte y verte

Reflexión:

• Señor, he amanecido tranquilo tras una noche de sueños felices. Y una vez que me he aseado, voy a hacer mi oración con tu salmo 33.
• Te confieso que me dejas confundido. He sentido en mi ser un fuerte estremecimiento. Me doy cuenta de que me invitas a que guste y vea lo bueno que eres con todos, también conmigo.
• Me invitas a que tenga la experiencia más rica de mi vida: sentirte a mi lado, íntimo a mí mismo. Y recrearme en ti. 
Y no solamente me invitas a que te guste, sino que das un paso más: que te vea.
• Si los creyentes tuviéramos esta experiencia, las cosas marcharían de otro modo. Muchos van a cumplir contigo para verse libres de castigos o de culpabilidades Otros “pasan” olímpicamente de ti. No les interesas nada. Se llaman incluso ateos.
• Ante estas palabras, Señor, cierro mis ojos serena y tranquilamente, para sentir tu presencia en mi. Una presencia que siempre me transforma, me cambia para el bien.
• Por eso, Señor, me siento valiente para saber actuar ante las cosas que conozco con mi inteligencia. Las quiero dejar aparte para que sean mis sentimientos los que se colmen de ti.
• Conviene, de vez en cuando, acallar la voz de la razón para que hable la del corazón. Suelo emplear mucho la primera.
• Esta invitación para gustarte y verte la percibo como la mejor forma de purificarme en todo aquello que me afee y no diga bien de tu vida en la mía.
• Esta mañana he recibido un gran regalo al levantarme. Tu palabra salvadora y transformadora me invita a que te guste y te vea.
• Uno ve muchas cosas y personas al cabo del día. Algunas son un fiel reflejo de tu obra creadora y de este don: son coherentes con la fe que les has dado.
• Otras, por el contrario, no me dicen nada. Pero ante ellas, no me quedo impávido, sino que les hago ver el placer que siento contigo.

Buenos días, Señor, y gracias.