Con el corazón ante los salmos
Salmo 29. “ Así te canta mi alma sin callarme, Señor Dios mío, te daré gracias siempre”.
Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Variedad de estos de ánimo
- Alegría del cristiano
- La tónica del creyente
- Sin ti no soy nada

Reflexión:

• Te doy gracias siempre en cada estado de ánimo por el que pase mi existencia.
• ¿Por qué hay instantes de mucho optimismo y de mucho pesimismo algunos días? Me sienta mal tener que pasar por estados anímicos inestables, estar al pairo de mis sentimientos. Estos altos y bajos le vienen fatal incluso a los que me rodean con el amor de cada día. Menos mal que me comprenden y me hago acreedor de su amor sin límites.
• Ante todo esto, Señor, me abro a ti y a toda la esperanza que has depositado en mi persona. ¿Qué sería yo sin ti, amado Señor?
• Contigo salto, grito y bailo de alegría porque sé que contigo a mi lado todo me sale bien.
• ¿Quién ha dicho que los cristiano somos gente triste? Están en un error. Tú eres la fuente del gozo de todos los que se fían de ti.
• Los que nos miran desde fuera, se quedan extrañados de nuestras actitudes. Incluso los paganos decían de los tuyos: “Mirad cómo se aman”.
• Por esta razón te doy gracias en nombre de cuantos hoy vivirán o han vivido o están viviendo un día pleno de 
satisfacción espiritual. Y desde el corazón alegre, me sale con facilidad la gratitud hacia tu persona amada.
• Mi júbilo se incrementa cada día que pienso en ti a lo largo de las horas de mi jornada, prolongadas en el sueño 
reparador.
• Este es el ritmo que quiero mantener en mi vida: a cada sístole y diástole de mi corazón, sentirte y vivirte.
• Haz que viva y vivamos todos unidos en el canto del júbilo que debe ser la tónica real del creyente, aunque pase por fases difíciles.


Buenos días, Señor, y gracias.