Con el corazón ante los salmos
Salmo 28.” La voz del Señor sobre las aguas, el Dios de la gloria ha tronado...La voz del Señor es magnífica”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Tu ternura
- Tormentas en mi interior
- Tu presencia en mi

Reflexión:


• Señor, al comienzo de la semana, me regalas este salmo en el que veo la manifestación de tu grandeza en todo el universo.
• Y si para mayor satisfacción de mi alma, contemplo una tormenta, mucho mejor. No solamente no me asusta, sino que mediante ella veo tu gloria y tu esplendor de una a otra parte que divisan mis ojos.
• Las siete veces que repites que habitas por encima del aguacero, me llevan a unirme a ti, el Dios todopoderoso y lleno de ternura para con sus criaturas.
• Hay gente a mi derredor que siente miedo y espanto. Dicen que son los dioses los que atruenan porque no están contentos con sus fieles.
• Sé que hay en mi interior tormentas. Tú las conoces muy bien. Ves mis días oscuros en los que te siento lejano y como casi fuera de mí. Todo lo veo bajo el manto de la oscuridad. Y pienso que no habitas en mí. Es la noche oscura de mi desierto espiritual.
• Tengo tormentas personales. Reconozco que, en lugar de entregarme plenamente a tu entero servicio, busco tiempos para mí mismo, para mi egoísmo, mis propias satisfacciones. Estas tormentas me dejan frío y aterido de frío. Sé que, aunque estés en mí incluso en ellas, yo me hago el despistado y no participo de tu grandeza.
• Y debería ser lo contrario: postrarme ante tu presencia sagrada para que me penetres hasta lo hondo de mi ser con tu luz maravillosa.
• Es el eterno problema de nuestra pequeñez y el síntoma claro de nuestra fragilidad.
• Quiero, en medio de las tormentas que sacuden y atruenan el universo, sentir que estás en ellas y en mí de forma íntima.
• No temo a la voz de tu tormenta, sino que me sirve para pedirte tu bendición de una forma especial, para que mis aguaceros personales se alejen cuanto antes de mí. 
Buenos días, Señor, y gracias.