Con el corazón ante los salmos
Salmo 25. ”Escrútame, Señor, ponme a prueba, aquilata mis entrañas y mi corazón”.

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Molesto
- Mi gran consuelo
- Enamorado de tus maravillas
- Seguir tus sendas

Reflexión:

• Te confieso, amado Señor, que me siento molesto ante este salmo. Y me explico: es un canto a la persona justa, inocente y sincera. Admiro a tus santos porque, en medio de dificultades no pierden el encanto de esas virtudes que adornan su vida.
• Por desgracia, no es mi caso. No soy justo, pero intento seguir tus mandatos para, de alguna forma, vivir en ti y tú en mí en una presencia transformadora.
• ¿Qué sentido tiene nuestra existencia si a medida que crecemos en años no nos vamos transformando en tus deseos y designios sobre cada uno y, en concreto, sobre mí?
• Mi gran consuelo ante gente justa e inocente, es buscar su imitación para que sean modelos de mi cambio continuo para el bien.
• No sigo a quienes hacen de su vida estandarte del mal, de la guerra, de la sangre, de la violencia sin sentido contra los demás.
• Te pido, Señor, que los apartes de mi camino para que no me confundan.
• No les tengo miedo, porque sé que tú vas a mi lado. Y si tengo la mala suerte de apartarme de ti en un momento de ofuscación y de pecado, confío en ti porque quitas el pecado del mundo.
• “Cuento tus maravillas” por doquier. Alguien que está enamorado de ti, no puede avergonzarse de anunciarte a todos. 
Igual que el novio se gloría de presentar a su amada, así yo me entusiasmo hablando y viviendo de ti.
• Dame, Señor, el don de caminar por tus sendas santas para que vean mis enemigos que contigo triunfa el bien y nunca el mal. Haz que sea un instrumento de paz donde hay discordia; haz que siempre siembre la tranquilidad en quienes están turbados por mil preocupaciones distintas a las que tú deseas.
• Y has de saber- como lo sabes- que incluso cuando caiga en el mal, te seguiré amando de todo corazón. Ponme a prueba para que mi amor por ti se aquilate y se purifique de día en día.

Buenos días, Señor, y gracias.