Con el corazón ante los salmos
Salmo 21.”Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”

Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Sentimientos:

- Abandono
- Dolor interior
- Experiencias ricas

Reflexión:

• Esta mañana comprendo mejor que nunca lo que significa el abandono de seres queridos. ¡Cómo duele su separación física! Y no digamos nada de la afectiva.
• He experimentado en mis propias lo que significa el abandono. Y pienso en tus últimos instantes, Señor. Viniste a salvarnos y a traernos un mensaje de salvación, de amor y las sendas de una humanidad nueva, ¡y mira cómo acabas!
• Sentiste en tan terribles momentos incluso el abandono de tu Padre celestial. ¡Qué duro para tu corazón lleno de amor!
• También yo, Jesús, me acerco esta mañana a ti con el dolor en mi interior. Estoy pasando lo mío con un familiar cercano que sufre la enfermedad de moda. Ya sabes cuál es: la depresión, es decir, la pérdida del sentido maravilloso de la existencia.
• No se apetece otra cosa que morir. Se vienen abajo las ilusiones, los proyectos de vida, el cariño hacia los demás. 
En realidad, Señor, una persona depresiva es como un cadáver ambulante. Come lo mínimo, está alejada de todos voluntariamente porque entiende que su realidad de ser humano carece ya de sentido.
• Pero, en esta necesidad extrema, mi alma acude a ti. Y te digo las palabras de este salmo:”Levántate, Señor, con tu fuerza: al son de instrumentos cantaremos tu valor. Te llamo de noche y de día...y no me respondes.”.
• Pero sé que nunca abandonas al corazón dolorido. Sientes amor por él, lo cuidas como a las niñas de tus ojos.
• Está bien, Señor, que a lo largo de mi vida, tenga estas ricas experiencias que, aunque dolorosas, me acercan más a ti y la humanidad sufriente.

Buenos días, Señor y gracias.