Salmo 69

Dios mío, ven en mi auxilio



Dios mío, dígnate a librarme; 
Señor, date prisa en socorrerme. 
Sufran una derrota ignominiosa 
los que me persiguen a muerte; 

vuelvan la espalda afrentados 
los que traman mi daño; 
que se retiren avergonzados 
los que se ríen de mí. 

Alégrense y gocen contigo 
todos los que te buscan; 
y digan siempre: "Dios es grande", 
los que desean tu salvación. 

Yo soy pobre y desgraciado: 
Dios mío, socórreme, 
que tú eres mi auxilio y mi liberación. 
¡Señor, no tardes!