Salmo 29

Acción de gracias por la curación de un enfermo en peligro de muerte



Te ensalzaré, Señor, porque me has librado 
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí. 

Señor, Dios mío, a ti grité, 
y tú me sanaste. 
Señor, sacaste mi vida del abismo, 
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. 

Tañed para el Señor, fieles suyos, 
dad gracias a su nombre santo; 
su cólera dura un instante; 
su bondad, de por vida; 
al atardecer nos invita el llanto; 
por la mañana, el júbilo. 

Yo pensaba muy seguro: 
"no vacilaré jamás". 
Tu bondad, Señor, me aseguraba 
el honor y la fuerza; 
pero escondiste tu rostro, 
y quedé desconcertado. 

A ti, Señor, llamé, supliqué a mi Dios: 
"¿qué ganas con mi muerte, 
con que yo baje a la fosa? 

¿Te va a dar gracias el polvo, 
o va a proclamar tu lealtad? 
Escucha, Señor, y ten piedad de mí; 
Señor, socórreme". 

Cambiaste mi luto en danzas, 
me desataste el sayal y me has vestido de fiesta; 
te cantará mi alma sin callarse. 
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre.