Salmo 127

Paz doméstica en el hogar del justo 

 


Dichoso el que teme al Señor 
y sigue sus caminos. 

Comerás del fruto de tu trabajo, 
serás dichoso, te irá bien; 
tu mujer, como parra fecunda, 
en medio de tu casa; 

tus hijos, como renuevos de olivo, 
alrededor de tu mesa: 
ésta es la bendición del hombre 
que teme al Señor. 

Que el Señor te bendiga desde Sión, 
que veas la prosperidad de Jerusalén 
todos los días de tu vida; 
que veas a los hijos de tus hijos. 
¡Paz a Israel!