Himno

Publica, lengua, y canta

Fuente: Liturgia de las horas

   

Publica, lengua, y canta

el misterio del cuerpo glorioso

y de la sangre santa

que dio por mi reposo

el fruto de aquel vientre generoso.

 

A todos nos fue dado,

de la Virgen purísima María

por todos engendrado;

y mientras acá vivía

su celestial doctrina esparcía.

 

De allí en nueva manera

dio fin maravilloso a su jornada

la noche ya postrera,

la noche deseada,

estando ya la cena aparejada.

 

Convida a sus hermanos,

y, cumplida la sombra y ley primero,

con sus sagradas manos

por el legal cordero

les da a comer su cuerpo verdadero.

 

Aquella criadora

Palabra, con palabra, sin mudarse4,

lo que era pan agora

en carne hace tornarse

y el vino en propia sangre trastornarse.

 

Y puesto que el grosero

sentido se acobarda y desfallece,

el corazón insano

por eso no enflaquece,

porque la fe anima y favorece.

 

Honremos pues, echados

por tierra tan divino sacramento,

y queden desechados,

pues vino el cumplimiento,

los ritos del antiguo Testamento.

 

Y si el sentido queda

pasmado de tan alta y nueva cosa,

lo que él no puede pueda,

ose lo que él no osa,

la fe determinada y animosa.

 

¡Gloria al Omnipotente,

y al gran Engendrador y al Engendrado,

y al inefablemente

de entrambos inspirado

igual loor, igual honor sea dado! 

 

Amén.