Himno

Vengo, Señor, cabe las ígneas huellas

Fuente: Liturgia de las horas

   

Vengo, Señor, cabe las ígneas huellas

de tus sacras heridas luminosas:

quíntuple abrir de inmarcesibles rosas,

suma constelación de cinco estrellas.

 

Vengo a poblar sus oquedades bellas,

a estudiar en sus aulas silenciosas,

y a beber, con ternuras dolorosas,

la miel de acíbar que pusiste en ellas.

 

Cuando zozobre mi valor, inerme,

y vaya en turbias ansias a abismarme

y llagado también llegue yo a verme,

 

deja a tus dulces llagas allegarme,

y en sus íntimos claustros esconderme,

y en su divina suavidad curarme. 

 

Amén.