Himno meditado
El Dios, Uno y Trino

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

El Dios uno y trino, 
misterio de amor, 
habita en los cielos 
y en mi corazón. 

Dios escondido en el misterio, 
como la luz que apaga estrellas; 
Dios que te ocultas a los sabios, 
y a los pequeños te revelas. 

No es soledad, es compañía. 
es un hogar tu vida eterna, 
es el amor que se desborda 
de un mar inmenso sin riberas. 

Padre de todos, siempre joven, 
al Hijo amado eterno que engendras, 
y el Santo Espíritu procede 
como el Amor que a los dos sella. 

Padre, en tu gracia y tu ternura, 
la paz, el gozo y la belleza, 
danos ser hijos en el Hijo 
y hermanos todos en tu Iglesia. 

Al Padre, al Hijo y al Espíritu, 
acorde melodía eterna, 
honor y gloria por los siglos 
canten los cielos y la tierra. 


Reflexión:


.La niebla, tocando el corazón de los montes, les arranca, como si fuera el amor, sorpresas de hermosura.

.Me encuentro sorprendido, una vez más, ante tu misterio. Mi inclino ante él con humildad porque, aunque no lo entienda, lo admiro porque tú eres capaz de todo.

.Sé que lo único que entiendo es tu amor. No sois personas solitarias, sino personas vivificadas por la fuerza infinita del amor. Y ante éste, me inclino humildemente sin hacer más preguntas sino dejarme llevar por el rayo de luz que me inunda de vuestra parte.

.No haces revelación de tu grandeza a los soberbios- que les importa poco-, sino a los humildes de corazón, es decir, a aquellos que te aman sin condiciones que les pida la razón.

.Sois el mejor ejemplo de hogar en toda la creación. Todo es perfecto en vuestras relaciones. Sois admirables e infinitos. Y yo, por el contrario, criatura finita que os ama.