Himno meditado
El agua pura, don de la mañanaFuente: Liturgia de las horas
Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB
El agua pura, don de la mañana,
da a los ojos el brillo de la vida,
y el alma se despierta cuando escucha
que el ángel dice: «¡Cristo resucita!»
¡Cómo quieren las venas de mi cuerpo
ser música, ser cuerdas de la lira,
y cantar, salmodiar como los pájaros,
en esta Pascua santa la alegría!
Mirad cuál surge Cristo transparente:
en medio de los hombres se perfila
su cuerpo humano, cuerpo del amigo
deseado, serena compañía.
El que quiera palparlo, aquí se acerque,
entre con su fe en el Hombre que humaniza,
derrame su dolor y su quebranto,
dé riendas al amor, su gozo diga.
A ti, Jesús ungido, te ensalzamos,
a ti, nuestro Señor, que depositas
tu santo y bello cuerpo en este mundo,
como en el campo se echa la semilla.
Amén.
Reflexión:
.Por amor a lo imperfecto, se cuelga lo perfecto de hermosura.
.Quiero que mi amor brille de hermosura porque he tomado conciencia de que tu presencia me ayuda a ser agua pura y limpia como la del lago de alta montaña.
.Mi vida se despierta ante tu llamada diaria para que, día a día, viva la pascua de la alegría, el paso de tu caricia por mi alma querida y a la que sostienes con el brillo de tu gracia.
.Te ensalzo este día de forma especial porque te suplico que no ceses de sembrar en mi huerto tus semillas que florecerán en frutos abundantes para tu gloria y como reflejo de tu amor derramado gratis en mi corazón.
. Haz que aspire a lo perfecto, a la unión contigo. Y que, lentamente pero sin pausa, vaya alejando de mi existencia todo lo imperfecto. Gracias, amigo Señor.