Himno meditado
Dame Señor, la firme voluntad

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Dame, Señor, la firme voluntad,
compañera y sostén de la virtud;
la que sabe en el golfo hallar quietud
y, en medio de las sombras, claridad;

la que trueca en tesón la veleidad,
y el ocio en perennal solicitud,
y las ásperas fiebres en salud,
y los torpes engaños en verdad.
Y así conseguirá mi corazón
que los favores que a tu amor debí
le ofrezcan algún fruto en galardón...

Y aún tú, Señor, conseguirás así
que no llegue a romper mi confusión
la imagen tuya que pusiste en mí.


Reflexión:


. Menudos pensamientos míos, ¡con qué rumor de hojas suspiráis vuestra alegría en mi imaginación!

. Esta alegría me brota de la voluntad fuerte que el Señor me ha dado. Cierto, contribuyo con mi humilde colaboración para que sea efectiva en todo cuanto hago, pienso y digo.

. Mi voluntad, Señor, quiere ser como la de María: disponible, abierta a tu amor de noche y de día. Este es el pensamiento que ilumina mi imaginación, recorre todos mis sentidos como una plegaria que te ofrezco desde mi corazón.

.Con ella se aquieta el mal que hay en mí, intento dominarlo para que seas tú quien triunfe siempre; con esta voluntad hago frente a la veleidad, al capricho lisonjero; con ella busco y te solicito valor y ánimos para que me mantenga unido a ti por siempre.

. Esta voluntad, bien encaminada, me aparta del engaño, de la confusión y eres tú entonces el que impregna todo mi ser. Gracias.