Himno meditado
Cuando la luz del día está en su cumbre

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Cuando la luz del día está en su cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la vida.

Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.

Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
real acontecer de nueva vida.

Concédenos, oh Padre omnipotente,
y tú, Hijo amado y Señor nuestro,
por obra del Espíritu enviado,
vivir ya de la fiesta de tu reino. 

Amén.


Reflexión:

. Si de noche lloras por el sol, no verás las estrellas. Y es una pena porque estás invitado a una fiesta impresionante. No hace falta que te vistas de gala externamente sino más bien en tu interior.

. La vida a la que la vida divina nos invita a diario y en cada instante, es precisamente la que tiene estos ingredientes: luz, alegría, fe y esperanza.

.Necesitamos para esta fiesta el haz de tu luz del cielo proyectado en nuestra alma. Esta, ante tu presencia, se transforma en ofrenda agradable a tu ojos. Esta luz nos ilumina todos los momentos del día para que no me despiste ni aparte nunca de esta luz preciosa y exigente.

.La alegría es el premio que concedes a quienes viven clavados en ti, Señor, autor de la verdadera alegría que nace en nuestra interioridad.

. Y juntamente con la alegría, tu invitación requiere la fidelidad a tu persona divina, la esperanza que da sentido a nuestras caídas y desilusiones en los días malos. 

. De esta forma, estamos ya celebrando la fiesta celestial de forma adelantada.