Himno meditado
Cuando el gallo, tres veces negaste a tu Maestro

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Cuando el gallo, tres veces 
negaste a tu Maestro; 
y él tres veces te dijo: 
"¿Me amas más que éstos?" 

Se te puso muy triste 
tu llanto y tu silencio: 
pero la Voz te habló 
de apacentar corderos. 

Tu pecado quemante 
se convirtió en incendio, 
y abriste tus dos brazos 
al madero sangriento. 

La cabeza hacia abajo 
y el corazón al cielo: 
porque, cuando aquel gallo, 
negaste a tu Maestro. 

Amén.


Reflexión:

.El desierto terrible arde todo por el amor de una yerbecilla; y ella le dice que no con la cabeza, y se ríe, y se va volando.

. El desierto te acompañó durante las horas del fracaso aparente de tu Maestro. A pesar de todo, te admiro en esta situación dura. Tu llanto y tu silencio fueron los momentos para que en ti naciera una vida nueva.

.Sí, porque arrepentido de tu pecado de negación al Maestro, brotó en u corazón una hoguera de amor, un amor tan grande que te convertiste en el centro, en el quicio de una nuevo edificio vivo, llamado Iglesia.

.Si por ti y tus sucesores no hubiera corrido y siguiera corriendo la luz y la vida del Cristo resucitado, no existía después de más de dos mi años.

.Bendice desde el cielo a tus sucesores para que, a tu ejemplo, sean testigos de amor y entrega en la dirección de los creyentes y gente de buena voluntad.