Himno meditado
Como el niño que no sabe dormirse

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Como el niño que no sabe dormirse
sin cogerse a la mano de su madre,
así mi corazón viene a ponerse
sobre tus manos al caer la tarde.

Como el niño
que sabe que alguien vela
su sueño de inocencia y esperanza,
así descansará mi alma segura,
sabiendo que eres tú
quien nos aguarda.

Tú endulzarás mi última amargura,
tú aliviarás el último cansancio,
tu cuidarás los sueños de la noche,
tu borrarás las huellas de mi llanto.

Tú nos darás mañana nuevamente
la antorcha de la luz y la alegría,
y, por las horas que te traigo muertas,
tú me darás una mañana viva. 

Amén.


Reflexión:

.Ha llegado la noche. He vuelto de mi trabajo laboral. Miro que la luz artificial se enciende en las calles y en los lugares de ocio.

.Y relajado ante tu presencia, me imagino que me coges de la mano con todo cariño para expresarme todo el afecto que me tienes como si fuera un niño.

.Mi mayor placer es sentirte cercano, dentro de mí. Y mirando tu cruz, beso tu pecho y añoro el reclinar mi cabeza en él como hace el niño en el pecho de su madre.

.Tengo la certeza de que cuidas mi sueño, me vigilas y me cuidas con ternura. Al despertarme, me doy cuenta de que la nueva luz del día me invita a tratarte con amor todas las horas del día. ¡Qué bueno eres conmigo! ¡¡¡Gracias!!!