Himno meditado
¡Cielos, lloved vuestra justicia!

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

¡Cielos, lloved vuestra justicia!
¡Ábrete, tierra!
¡Haz germinar al Salvador!

Oh Señor, Pastor de la casa de Israel,
que conduces a tu pueblo,
ven a rescatarnos por el poder de tu brazo.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Sabiduría, salida de la boca del Padre,
anunciada por profetas,
ven a enseñarnos el camino de la salvación.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Hijo de David, estandarte de los pueblos y los reyes,
a quien clama el mundo entero,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Llave de David y Cetro de la casa de Israel,
tú que reinas sobre el mundo,
ven a libertar a los que en tinieblas te esperan.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Sol naciente, esplendor de la luz eterna
y sol de justicia,
ven a iluminar a los que yacen de sombras de muerte.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Rey de las naciones y Piedra angular de la Iglesia,
tú que unes a los pueblos,
ven a libertar a los hombres que has creado.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!

Oh Emmanuel,
nuestro rey, salvador de las naciones,
esperanza de los pueblos,
ven a libertarnos, Señor, no tardes ya.
Ven pronto, Señor. ¡Ven, Salvador!



Reflexión:

. Este himno me sitúa a pocos de la Navidad. Lo cantamos alegres pensando en el acontecimiento más importante de la historia. De hecho, desde tu nacimiento se marca una nueva era.

. Te cantamos nuestro rescate del pecado original que nos había roto las relaciones entre el Padre y nosotros.
. Y te gritamos jubilosos: ¡Ven pronto, Señor! Era el gran grito de la primera comunidad cristiana.

. Eres la Sabiduría, entendida y asimilada, como el amor que nos tienes a cada uno con tu corazón de amigo salvador.

.Eres la llave que nos abre a la vida nueva. Por ella entramos en la nueva dimensión del Reino que vienes a anunciarnos: un reino de amor, justicia y paz.

.Eres el sol naciente que espera la tierra para que le des una luz nueva que los oriente hacia ti y desde ti hacia ellos. Un universo nuevo y un cielo nuevo.

.Eres el Emmanuel, el rey de las naciones, el centro vital de nuestro corazón. Estás con nosotros. Gracias, ven pronto, Señor.