Himno meditado
Buenos días, Señor, a ti el primero

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

Buenos días, Señor, a ti el primero
encuentra la mirada
del corazón, apenas nace el día:
Tú eres la luz y el sol de mi jornada.

Buenos días, Señor, contigo quiero
andar por la vereda:
Tú, mi camino, mi verdad, mi vida;
Tú, la esperanza firme que me queda.

Buenos días, Señor, a ti te busco,
levanto a ti las manos
y el corazón, al despertar la aurora:
quiero encontrarte siempre en mis hermanos.

Buenos días, Señor resucitado,
que traes la alegría
al corazón que va por tus caminos
¡vencedor de tu muerte y de la mía!


Reflexión:

. Cuando mi cuerpo se ha levantado y ha dirigido su mirada al encuentro contigo, experimento una sensación tan grata que me emociono. Una emoción tan honda y profunda que hace que mi corazón salte de gozo y alabanza.

.Tu mirada de amor con la mía, es como la de dos verdaderos enamorados que no se cansan de verse al tiempo que se extasían ante el amado o amada.

. Quiero que seas el sol de mi jornada en casa, en el trabajo, en la calle. Haz que sepa verte en todos sitios. Andaré contigo.

. Y cuando me falten las fuerzas, elevaré mis manos suplicantes hacia ti, para que me consueles y alientes en mi luchas contra el mal.

. Y así, limpio ante tu mirada de amor, me sienta impulsado a ir al encuentro de mis semejantes con el sello indescriptible de tu amor en mi amor.