Himno meditado
Tu alabanza, tu gloria, tu encantoFuente: Liturgia de las horas
Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB
Tu alabanza, tu gloria, tu encanto
Autor: Liturgia de las horas
Tu alabanza, tu gloria, tu encanto,
Bernardino, en un nombre se cifra:
es el nombre total de tu amor,
nombre humano y Persona divina.
Lo paseas por calles y plazas,
y doquiera que vas lo predicas,
y lo grabas en los corazones,
y en radiantes banderas lo pintas.
invocarlo es asirse a la Fuerza,
pronunciarlo es suprema delicia,
y rumiarlo, saciar nuestras almas
de alimento, salud, medicina.
Santo hermano, que ahora en el cielo
contemplando a Jesús te extasías,
pídele que nosotros le amemos
como tú, con ardor y alegría.
¡Gloria al Padre en unión del Espíritu,
gloria a Dios que en Jesús se humaniza
y nos ama y nos salva y nos llama
a cantarle su gloria infinita!
Amén.
Reflexión:
. Tu risa, mujer, es la música de la fuente de la vida.
. La sonrisa contagiante de una amiga sincera, me dejó el otro día lleno de felicidad, porque era como un canto precioso que salía de su nueva vida y la llevaba a los demás.
.Cuando mis oídos la escuchaban y llegaban a la fuente de mi corazón, notaba que su sonrisa era alabanza, era lo mejor manera de expresar su alabanza y su gratitud al amigo y Señor.
.Con mi sonrisa, Señor, quiero como tu santo Bernardino, regar las calles de alegría e ilusión; ahuyentar la tristeza de la gente porque vive al margen de tus sacramentos, signos de vida, y sumida en su egoísmo mortal.
.Quiero como él, disfrutar un día de la patria celestial, tras este tiempo de pruebas y gozos en esta orilla en la que estás vivo, aunque no te vea cara a cara. Gracias, Señor, por tu sonrisa invisible pero que me llega de verdad.