Himno meditado
Te diré mi amor, Rey mío

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Te diré mi amor, Rey mío,
en la quietud de la tarde,
cuando se cierran los ojos
y los corazones se abren.

Te diré mi amor, Rey mío,
con una mirada suave,
te lo diré contemplando
tu cuerpo que en pajas yace.

Te diré mi amor, Rey mío,
adorándote en la carne,
te lo diré con mis besos,
quizá con gotas de sangre.

Te diré mi amor, Rey mío,
con los hombres y los ángeles,
con el aliento del cielo
que espiran los animales.

Te diré mi amor, Rey mío,
con el amor de tu Madre,
con los labios de tu Esposa
y con la fe de tus mártires.

Te diré mi amor, Rey mío,
¡oh Dios del amor más grande!
¡Bendito en la Trinidad,
que has venido a nuestro valle! 

Amén.

Reflexión:


.Tienes quehacer o no lo tienes. Cuando necesitas decir:”Tendré que hacer algo”, comienza el mal.

.Señor, ¿qué te diré? Mi quehacer diario es hablar contigo en medio de mis trabajos. Me doy cuenta de que se puede hacer un trabajo y estar íntimamente unido a ti.

. ¿Qué te diré? Te diré que te amo con todo mi ser. Te diré que soy un mensajero y un testigo fiel de tu Evangelio. No por méritos propios sino porque tú me has llamado a ser un seguidor de tu Evangelio.

. ¿Qué te diré, Señor mío? Te diré que te amo intensamente como el centro de mi vida. Ante las tentativas diarias de que hay otros “dioses” menos exigentes que tú, los dejo aparcados porque me dicen que me pueden dar placeres y dinero. Y esto no llena mi existencia.

. Ya te ocurrió a ti cuando, en el desierto, fuiste tentado por el diablo. ¿Qué airoso saliste del combate! ¡Enhorabuena!