Himno meditado
Se cubrieron de lutos los montes a la hora nona

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Se cubrieron de luto los montes
a la hora de nona.
El Señor rasgó el velo del templo
a la hora de nona.
Dieron gritos las piedras en duelo
a la hora de nona.
Y Jesús inclinó la cabeza
a la hora de nona.

Hora de gracia,
en que Dios da su paz a la tierra
por la sangre de Cristo.

Levantaron sus ojos los pueblos
a la hora de nona.
Contemplaron al que traspasaron
a la hora de nona.
Del costado manó sangre y agua
a la hora de nona.
Quien lo vio es el que da testimonio
a la hora de nona.

Hora de gracia,
en que Dios da su paz a la tierra
por la sangre de Cristo. 

Amén.

 

Reflexión:

.¡Días sin nombre; os quedáis colgados a mi corazón, como musgos a un árbol viejo!

.Señor, todos los días, la hora de nona, las tres de la tarde, intento acordarme de la hora de tu expiración. Para ti fue el momento culminante en que dijiste el sí definitivo a tu Padre, cumpliendo su voluntad.

.A esa hora de nona, hasta los montes se cubrieron de luto para anunciar a todo el universo que había muerto Cristo, el Hijo de Padre que vino a restaurar el mundo.

.Desde tu muerte, esta hora trae a mi memoria, la hora de la gracia, la hora en que, tras tu muerte, la naturaleza y la vida de la persona se renovaba.

. Y sufriste insultos clavado en la cruz. Hoy, desgraciadamente, hay muchos que merecen la reprensión pero mor del dinero reciben alabanzas y lisonjas falsas porque son ricos. ¿Hay alguien más rico que tú? Nadie, tú bien lo sabes. Eres la riqueza personificada porque te das a esa hora y en todos los instantes de la vida. Muchas gracias.