Himno meditado
Qué bien sé yo la fonte que mana

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Qué bien sé yo la fonte que mana y corre, 
aunque es de noche. 

Aquella eterna fonte está escondida, 
qué bien sé yo do tiene su manida, 
aunque es de noche. 

Su origen no lo sé, pues no lo tiene, 
mas sé que todo origen de ella viene, 
aunque es de noche. 

Sé que no puede ser cosa tan bella 
y que cielos y tierra beben de ella 
aunque es de noche. 

Bien sé que suelo en ella no se halla, 
y que ninguno puede vadealla, 
aunque es de noche. 

Su claridad nunca es oscurecida, 
y sé que toda luz de ella es venida, 
aunque es de noche. 

Sé ser tan caudalosos sus corrientes, 
qué infiernos, cielos riegan, y las gentes, 
aunque es de noche. 

El corriente que nace de esta fuente, 
bien sé que es tan capaz y omnipotente, 
aunque es de noche. 

El corriente que de estas dos procede 
sé que ninguna de ellas le precede, 
aunque es de noche. 

Bien sé que tres en sola una agua viva 
residen, y una de otra se deriva, 
aunque es de noche. 

Aquella eterna fonte está escondida 
en este vivo pan por darnos vida, 
aunque es de noche. 

Aquí se está llamando a las criaturas, 
y de esta agua se hartan, aunque a oscuras, 
porque es de noche. 

Aquesta viva fuente que deseo, 
en este pan de vida yo la veo, 
aunque es de noche. 
Reflexión:

.Tu ídolo se ha deshecho en polvo, para que sepas que el polvo de Dios es más grande que tu ídolo.

.Tus ídolos de poder, de vanagloria, de orgullo y de satisfacciones corporales no te llenan y por eso mismo se vuelven con el tiempo en contra tuya.

. Aprende san Juan de la Cruz. Sumido en el dolor que sentía por la incomprensión de sus mismos hermanos de la Orden Carmelita, se unía tanto al Señor y a la fuente que mana y corre, que, aunque de noche (tiempo de oscuridad y dolor a solas), acudía siempre a beber en la fuente del Señor.

.Me emociona este místico español. Sobre todo sus poemas me llegan al alma. “De noche iremos, de noche, que para encontrar la fuente, sólo la fe nos alumbra, sólo la fe nos alumbra”.

. Este es el problema de nuestra vida: aumentar la fe. Es lo que acabo de decirle a una joven enferma por adicción al alcohol. Que sea el Señor quien te sacie en tus deseos de ver. “Señor, me quieres, aumenta mi sed de ti”. Le dije – hace un momento- que la repitiera mil veces este día.