Himno meditado
Oveja perdida, ven

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Oveja perdida, ven 
sobre mis hombros, que hoy 
no sólo tu pastor soy, 
sino tu pasto también. 

Por descubrirte mejor 
cuando balabas perdida, 
dejé en un árbol la vida 
donde me subió el amor; 
si prenda quieres mayor, 
mis obras hoy te la den. 

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho, 
¿cuál dará mayor asombro, 
o al traerte yo en el hombro 
o al traerme tú en el pecho? 
Prenda son de amor estrecho 
que aún los más ciegos las ven.



Reflexión:


.Existo. ¡Perpetua sorpresa, que es la vida!

.Señor, van pasando los días, las noches, las semanas, los meses y los años. Y sin embargo, no tomamos conciencia de la realidad más bella que llevamos en nuestra vida diaria.

. Esta mañana, sereno y en paz conmigo mismo y con cuantos personas me relaciono de forma especial, te doy las gracias por el asombro que supone en mí el hecho de que el pasto queme alimenta eres tú, amigo Señor.

. En la metáfora evangélica y adaptada al lenguaje de tu tiempo, el hecho de existir supone para mí un acto continuo de gratitud porque vivo en tu nombre y por tu amor incesante.

.Me siento tan nuevo esta mañana que no sé, de verdad, cómo estar más íntimamente ligado o unido a ti. Y mi novedad radica en vivir con conciencia sensible ante los dones que me otorgas en cada momento.

. Señor, sé siempre mi buen pastor o guía cariñoso a lo largo y ancho de mi vida, entregada a tu servicio y al de los demás.