Himno meditado
¿Oh Príncipe absoluto de los siglos?

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Oh Príncipe absoluto de los siglos, 
oh Jesucristo, Rey de las naciones: 
te confesamos árbitro supremo 
de las mentes y de los corazones. 

Oh Jesucristo, Príncipe pacífico, 
somete a los espíritus rebeldes, 
y haz que encuentren 
rumbo los perdidos, 
y que en un solo aprisco se congreguen. 

Para eso pendes de una cruz sangrienta 
y abres en ella tus divinos brazos; 
para eso muestras en tu pecho herido 
tu ardiente corazón atravesado. 

Glorificado seas, Jesucristo, 
que repartes los cetros de la tierra; 
y que contigo y con tu eterno Padre 
glorificado el Espíritu sea. 

Amén.


Reflexión:


.En tu camino, agua bailarina, la arena te pordiosea tu canción y tu fuga. ¿No quieres tú cargarte con la coja?

.Señor, mi vida es como el agua bailarina que va en tu busca. No quiero pasar por los campos de las demás personas sin dejar en ellas la fecundidad de una buena palabra, sin hablarle de ti.

.Sé que eres mi árbitro supremo. Y me encuentro feliz porque tu justicia no falla nunca. Y si falla se inclina a la persona que más sufre y que peor lo pasa con los tribunales humanos.

.Eres un árbitro tan supremo que no solamente conoces lo que te decimos de palabra, sino que llegas mucho más hondo: el conocimiento de nuestras intrincadas mentes y el revoltijo de nuestros afectos y sentimientos.

.Sé que das rumbo seguro al que va perdido, con tal, eso sí, de que se ponga en tus manos con toda confianza. Gracias, amigo Señor. Nunca me fallas.