Himno meditado
¡Oh, llama de amor viva!

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

¡Oh llama de amor viva, 
que tiernamente hieres 
de mi alma en el más profundo centro!; 
pues ya no eres esquiva, 
acaba ya, si quieres; 
rompe la tela de este dulce encuentro. 

¡Oh cauterio suave! 
¡Oh regalada llaga! 
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado!, 
que a vida eterna sabe 
y toda deuda paga; 
matando, muerte en vida la has trocado. 

¡Oh lámparas de fuego, 
en cuyos resplandores 
las profundas cavernas del sentido, 
que estaba oscuro y ciego, 
con extraños primores, 
calor y luz dan junto a su querido! 

¡Cuán manso y amoroso 
recuerdas en mi seno, 
donde secretamente solo moras, 
y en tu aspirar sabroso 
de bien y gloria lleno, 
cuán delicadamente me enamoras! 

Amén. 



Reflexión:


.Las lágrimas de la tierra le tienen siempre en flor su sonrisa.

.la tierra se goza por tu triunfo. Ella misma se mantiene en flor gracias tu resurrección. No hay victoria que te supera, amigo Señor.

.Tu sonrisa alegre desde el cielo inunda nuestros corazones amantes de una claridad tan grade, que sin darnos cuenta nos dirigimos a ti.

.Eres mi amigo eterno. Pero tienes tanto calidez de trato, intimidad y gozo que me dirijo a ti con inmenso gozo sin mirar en el reloj el paso de los minutos y segundos no cuentan para mi.

. Me encuentro en tal éxtasis de amor contigo que el tiempo no cuenta ya para el alma enamorada. Y tú, Señor, me enamoras delicadamente sin exigirme nada a cambio.

.Así, ya no hay desiertos en mi relación contigo, sino más viveza, más entrega a todo cuanto haces conmigo. Quisiera que mi ser entero te glorificara en todo instante y en todo momento.