Himno meditado
No me mueve mi Dios para quererte

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

No me mueve, mi Dios, para quererte 
el cielo que me tienes prometido; 
ni me mueve el infierno tan temido 
para dejar por eso de ofenderte. 

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte 
clavado en esa cruz y escarnecido; 
muéveme el ver tu cuerpo tan herido; 
muéveme tus afrentas y tu muerte. 

Muéveme, al fin, tu amor, y en tal manera, 
que, aunque no hubiera cielo, yo te amara, 
y, aunque no hubiera infierno, te temiera. 

No me tienes que dar porque te quiere, 
pues, aunque lo que espero no esperara, 
lo mismo que te quiero te quisiera. 
Amén.



Reflexión:


.Vivimos en el mundo cuando lo amamos.

.Señor, en este himno aprecio la intimidad que hay que tener contigo. Una intimidad que me llama a quererte con toda mi alma.

. Y no me mueve para ello, el hecho del cielo que me has prometido, sino el gozo de saber que te amo por ser tú mismo.

.No me mueve, Señor, para quererte porque me perdones los pecados, sino por el amor que me tienes aunque no te ame como debiera.

.Por eso, incluso en este mundo en el que vivo, como, corro, canto, río y lloro, padezco molestias, en él siento que te amo por ser quién eres y lo que representas en mi vida.

. Gracias, Señor, por amarme. Haz que, aunque con mis debilidades, te ame lo mismo.