Himno meditado
Niño que, antes de nacer

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Niño que, antes de nacer, 
reconoce a su Señor 
y da saltos de placer 
bien puede llegar a ser 
su profeta y precursor. 

Su nombre será San Juan, 
su morada, los desiertos; 
langostas serán su pan; 
sobre el agua del Jordán, 
verá los cielos abiertos. 

Otros le vieron lejano 
y le anunciaron primero; 
Juan le ve ya tan cercano 
que va extendiendo su mano 
y señalando al Cordero. 

Está llegando la hora, 
ocaso de un Testamento, 
pero del nuevo la aurora, 
con la gracia triunfadora 
de Juan en el nacimiento. 

La ley vieja en él fenece, 
la de gracia en él apunta; 
de dónde claro parece 
que en este niño amanece 
libertad y gracia junta. 

Claro espejo en el Jordán, 
después que los dos se han visto 
y abrazos de paz se dan: 
resplandece Cristo en Juan, 
y Juan reverbera en Cristo. 

Juan a Jesús bautizaba, 
el cielo entero se abría, 
la voz del Padre sonaba, 
la Paloma se posaba 
en gloriosa teofanía. 

Nunca se podrá acallar 
la voz que habló en el desierto, 
aunque le hayan de cortar 
la cabeza; estará muerto, 
mas no dejará de hablar. 

Gloria al Padre muy amado, 
gloria al Hijo Salvador, 
que nos libra del pecado, 
y gloria al que él ha enviado, 
al Espíritu de Amor. 


Reflexión:

.ARBOL: tus hojas temblorosas me acarician el corazón como los dedos de un niño chico.

.Señor, cuando se atraviesa el desierto y se llega al río Jordán, va pensamiento sólo pensando en Juan Bautista. En aquellas tierras desérticas, él llevaba una vida de austeridad.

. Le bastaba con poco para alimentarse y casi ningún gasto en ropas de moda. Le bastaba la piel de una cabra para vestirse y unas sandalias hechas por él mismo.

. No estoy en contra de los adelantos que nos hacen comer mejor y vestirnos mejor. No, ¡ni hablar! Pero sí que me pregunto: Era Juan Bautista más feliz que nosotros? Pienso que sí. En primer lugar porque no hacen falta muchas cosas para vivir, y en segundo lugar, porque él tenía lo fundamental: Dios en su vida.

. Es un ejemplo claro de tu gracia triunfadora y una constatación evidente de que desaparecía la ley vieja.





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