Himno meditado
¡Nacidos de la luz!, ¡Hijos del día!

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

¡Nacidos de la luz!, ¡Hijos del día!
Vamos hacia el Señor de la mañana;
su claridad disipa nuestras sombras
y llena el corazón de regocijo.

Que nuestro Dios, el Padre de la gloria,
limpie la oscuridad de nuestros ojos
y nos revele, al fin, cuál es la herencia
que nos legó en el Hijo Primogénito.

¡Honor y gloria a Dios, Padre celeste,
por medio de su Hijo Jesucristo
y el don de toda luz, el Santo Espíritu,
que vive por los siglos de los siglos! 

Amén.


Reflexión:

.Madre eterna, ¡cómo tu canción de cuna me llega a través de la tristeza de todas las cosas!

.Esta mañana me he levantado con mis pensamientos centrados en el Señor. Sé que voy derecho durante todo el día hacia el eje de mi vida, Cristo.

. Sobre él giro y giro en cada instante pues toda la fuerza me viene de ti. Vengo de hablar con una persona, hija tuya, que se ha desviado de tu camino. Se encuentra sumida en la tristeza por el vacío que siente su alma.

. No le ha llenado el alcohol, ni otras cosas a las que se ha entregado porque en esas cosas no estás, amigo Señor.

.Pido por ella, para que las sombras desaparezcan de ella, y tu luz la plenifique de tal forma que, pronto, recupera las ilusiones que tenía antes. Gracias, Señor.