Himno meditado
Libra mis ojos de la muerte

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Libra mis ojos de la muerte; 
dales la luz que es su destino. 
Yo, como el ciego del camino, 
pido un milagro para verte. 

Haz de esta piedra de mis manos 
una herramienta constructiva; 
cura su fiebre posesiva 
y ábrela al bien de mis hermanos. 

Que yo comprenda, Señor mío, 
al que se queja y retrocede; 
que el corazón no se me quede 
desentendidamente frío. 

Guarda mi fe del enemigo 
(¡tantos me dicen que estás muerto!) 
Tú que conoces el desierto, 
dame tu mano y ven conmigo


.La sombra va hacia la luz; la ceguera, a la muerte.

.Señor, me imagino que soy el ciego Bartimeo. Estoy en el camino con inmensos deseos de verte. Por eso gritaba, y grito, aunque a tus apóstoles,- todavía no imbuidos de tu mensaje-, me mandaban que callara.

.El milagro de verte es el gran placer de cualquier creyente que está adherido a ti ya en este mundo. Mientras tanto, Señor, quiero que mis manos sean constructivas.

. Sé que puedo hacer mucho con ellas: acariciar una buena amistad, tomar la mano de un enfermo, ayudar al desvalido o discapacitado. Haz que un apretón de manos construya puentes de amigos entre la gente que me rodea o con la que me cruzo cada día.

.Te pido que mi corazón se mantenga cálido y no frío. Tú me llamas a que sea una persona así: bondadoso, amable, acogedor, tierno y fuerte al mismo tiempo.