Himno meditado
La noche, el caos, el terrorFuente: Liturgia de las horas
Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB
La noche, el caos, el terror,
cuanto a las sombras pertenece
siente que el alba de oro crece
y anda ya próximo el Señor.
El sol, con lanza luminosa,
rompe la noche y abre el día;
bajo su alegre travesía,
vuelve el color a cada cosa.
El hombre estrena claridad
de corazón, cada mañana;
se hace la gracia más cercana
y es más sencilla la verdad.
¡Puro milagro de la aurora!
Tiempo de gozo y eficacia:
Dios con el hombre, todo gracia
bajo la luz madrugadora.
¡Oh la conciencia sin malicia!
¡La carne, al fin, gloriosa y fuerte!
Cristo de pié sobre la muerte,
y el sol gritando la noticia.
Guárdanos tú, Señor del alba,
puros, austeros, entregados;
hijos de luz resucitados
en la Palabra que nos salva.
Nuestros sentidos, nuestra vida,
cuanto oscurece la conciencia
vuelve a ser pura transparencia
bajo la luz recién nacida.
Amén.
Reflexión:
. El pensamiento se come sus propias palabras, y así crece.
.Señor, quisiera crecer cada día asumiendo en mi vida las inquietudes de mis hermanos y hermanas. Que no me sean ajenas/os en mi pensamiento y en los afectos de mi corazón.
.Quisiera estrenar cada día como algo nuevo, nunca como una rutina que se apodera mí mismo, me atenaza, me encoge y no doy de mí lo mejor que tengo: la fe en tu persona divina por la que lucho.
. Quisiera vivir cada instante mientras lo vivo por tu amor. Quiero oler las rosas mientras las tengo en mis manos, disfrutar de su perfume y de su belleza. No dejar nada para después. Este sólo lo conoces tú, amigo Señor.
.Haz que el lago de mi conciencia nunca esté enturbiado, sino transparente y limpio como tu amor puro que me envuelve.
. Haz que me mantenga puro, austero y entregado a tu servicio. Gracias, Señor amigo.