Himno meditado
La Madre piadosa

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

La Madre piadosa estaba 
junto a la cruz y lloraba 
mientras el Hijo pendía; 
cuya alma, triste y llorosa, 
traspasada y dolorosa, 
fiero cuchillo tenía. 

¡Oh cuán triste y cuán aflicta 
se vio la Madre bendita, 
de tantos tormentos llena! 
Cuando triste contemplaba 
y dolorosa miraba 
del Hijo amado la pena. 

Y, ¿cuál hombre no llorará, 
si a la Madre contemplara 
de Cristo, en tanto dolor? 
¿Y quién no se entristeciera, 
Madre piadosa, si os viera 
sujeta a tanto rigor? 

Por los pecados del mundo, 
vio a Jesús en tan profundo 
tormento la dulce Madre. 
Vio morir al Hijo amado, 
que rindió desamparado 
el espíritu a su Padre. 

¡Oh dulce fuente de amor! 
hazme sentir tu dolor 
para que llore contigo. 
Y que, por mi Cristo amado, 
mi corazón abrasado 
más viva en él que conmigo. 

Y, porque a amarle me anime, 
en mi corazón imprime 
las llagas que tuvo en sí. 
Y de tu Hijo, Señora, 
divide conmigo ahora 
las que padeció por mí. 

Hazme contigo llorar 
y de veras lastimar 
de sus penas mientras vivo; 
porque acompañar deseo 
en la cruz, donde le veo, 
tu corazón compasivo. 

¡Virgen de vírgenes santas! 
Llore yo con ansias tantas 
que el llanto tan dulce me sea; 
porque su pasión y muerte 
tenga en mi alma, de suerte 
que siempre sus penas vea. 

Haz que su cruz me enamore 
y que en ella viva y more 
de mi fe y amor indicio; 
porque me inflame y encienda, 
y contigo me defienda 
en el día del juicio. 

Haz que me ampare la muerte 
de Cristo, cuando en tan fuerte 
trance vida y alma estén; 
porque, cuando quede en calma 
el cuerpo, vaya mi alma 
a su eterna gloria. 

Amén.


.¿Qué es esto que así me aprieta el pecho? ¿Mi alma que quiere salir a lo infinito, o el alma del mundo que quiere entrar en mi corazón? 

.Me aprieta el pecho un dolor indescriptible: ver a mi Madre que sufre muchos dolores ante su Hijo muerto en la cruz inocentemente.

.Me lleno de tormentos personales, sintiendo los de mi Madre, porque para eso soy su hijo.

. Me gustaría, como a otros santos les ha ocurrido, llevar las llagas en mis manos grabadas para hacer recuerdo continuamente de mi Señor amado.

.Madre piadosa, haz que cuando en mi vida tenga dolor, me una al tuyo; y tenga la fuerza y la fe necesaria para estar purificando mis pecados, siempre unido a ti.