Himno meditado

Al fin será la paz y la corona

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Al fin será la paz y la corona

los vítores, las palmas sacudidas,

y un aleluya inmenso como el cielo

para cantar la gloria del Mesías.

 

Será el estrecho abrazo de los hombres,

sin muerte, sin pecado, sin envidia;

será el amor perfecto del encuentro,

será como quién llora de alegría.

 

Porque hoy remonta el vuelo el sepultado

y va por el sendero de la vida

a saciarse de gozo junto al Padre

y a preparar la mesa de familia.

 

Se fue, pero volvía, se mostraba,

lo abrazaban, hablaba, compartía;

y escondido la Iglesia lo contempla,

lo adora más presente todavía.

 

Hundimos en sus ojos la mirada,

y ya es nuestra la historia que principia,

nuestros son los laureles de su frente

aunque un día le dimos las espinas.

 

Que el tiempo y el espacio ilimitados

sumisos al Espíritu se rindan,

y dejen paso a Cristo omnipotente,
a quién gozoso el mundo glorifica.

 

Amén.  

 

Reflexión:

. En las playas de todo el mundo juegan los niños con sencillez y naturalidad. Imagen viva de la paz, la inocencia que reina en sus corazones.

. Representan a una humanidad nueva siempre y cuando siga la bondad, el juego sin nada a cambio, el idioma universal de entenderse aunque no sepan la lengua, pero sí sus gestos elocuentes.

.Esta nueva humanidad es la que quiere el Señor; unida a él en fiel alianza.

. Esta humanidad es la que espera Jesús que vive junto al Padre en una actitud de verdadera espera para darle a sus creyentes y personas de buena voluntad, lo que él mismo ha recibido ya del Padre: el honor, la gloria y a la alabanza.

. Mientras tanto llega el encuentro, en el Cuerpo de tu Iglesia, quiero ser una persona activa y contemplativa. Activa viviendo tu realidad en mí y en los otros, y contemplativa, para no despistarme del norte que me marcas. Gracias.