Himno meditado
Enfría, Señor mi boca

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Enfría, Señor, mi boca; 
Señor, reduce mi braza; 
dame, como te lo pido, 
concordia de cuerpo y alma. 

Frente al perverso oleaje, 
ponme costado de gracia; 
dame, como te lo pido 
concordia de cuerpo y alma. 

Señor, mitiga mi angustia; 
remite, Señor, mi ansia; 
dame como te aclamo, 
concordia de cuerpo y alma. 

No dejes que los sentidos 
me rindan en la batalla; 
Señor, Señor, no me niegues 
concordia de cuerpo y alma.

Amén. 


Reflexión:

.Este anhelo mío es para ti, que te siento en lo oscuro; no para ti, que te veo en el sol.

.Señor, me debato entre los anhelos que nacen en mi corazón. Busco en ti al Amigo que da concordia a mi vida. Una concordia entre mi alma y cuerpo.

. Y con esta armonía, me sentiré feliz a tu lado, dentro de ti. Un solo corazón contigo, un cuerpo que manifiesta tu gloria mediante sus gestos y sus palabras.

.Incluso cuando en la oscuridad te vea lejano, sé que no lo estás. Eres tan íntimo en mí más que yo mismo. Esta experiencia pone alas en mi vida para seguir volando por encima del pecado, aunque mi debilidad me azote de vez en cuando.

.Te ruego, Señor amigo, que mis sentidos nunca me dominen en mi acercamiento y en la intimidad contigo. Gracias.