Himno meditado
En tus manos, Señor, pongo mi vida 

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

En tus manos, Señor, pongo mi vida 
con todas sus angustias y dolores; 
que en ti florezcan frescos mis amores 
y que halle, apoyo en ti mi fe caída. 

Quiero ser como cera derretida 
que modelen tus dedos creadores; 
y morar para siempre sin temores 
de tu costado en la sangrienta herida. 

Vivir tu muerte y tus dolores grandes, 
disfrutar tus delicias verdaderas 
y seguir el camino por donde andes. 

Dame, Señor, huir de mis quimeras 
dame, Señor, que quiera lo que mandes 
para poder querer lo que tú quieras. 

Amén



Reflexión:

.Fruto, ¿estás muy lejos de mí? Estoy en tu corazón, flor.

.Señor, sé que mi vida es un fruto que nace en el jardín de tu corazón. Me gustaría que fuera un fruto sabroso por el cultivo de las virtudes cristianas que me lanzan a la maduración.

.Para ello, pongo mi vida en tusa manos acogedoras, cálidas y llenas de vida y consuelo. Sabes regular mis afectos, mis amores y mis ilusiones aún cuando puede desfallecer, por instantes, en la senda de mi fe.

. Pero disfruto contigo, Señor, más que con nadie. Tus delicias, tus frutos sazonados sólo lo aprecian los que están metidos en tu corazón de amigo y de Padre.

.A veces, Señor, nos creamos quimeras que nos apartan de ti. ¿Qué logramos con eso? Nada. Son una estupidez. La clave de mi vida está en cumplir y vivir lo que tú quieras de mi pobre persona. Gracias por dejar que ponga mi vida en tus manos.