Himno meditado
En tierra extraña de peregrinos

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

En tierra extraña peregrinos
con esperanza caminamos,
que, si arduos son nuestros caminos,
sabemos bien a dónde vamos.

En el desierto un alto hacemos,
es el Señor quien nos convida,
aquí comemos y bebemos
el pan y el vino de la Vida.

Para el camino se nos queda
entre las manos, guiadora,
la cruz, bordón, que es la vereda
y es la bandera triunfadora.

Entre el dolor y la alegría,
con Cristo avanza en su andadura
un hombre, un pobre que confía
y busca la ciudad futura. 

Amén.


Reflexión:

.El bienhechor llama a la puerta, pero el que ama la encuentra de par en par.

. Señor, todo el día te estoy llamando a la puerta. Sé que la tienes abierta de par en par. Pero me da miedo que me hables porque sé que eres muy exigente.

. Y me gusta la comodidad más que tus exigencias. Sin embargo, al detenerme ante este himno, he comprendido que soy un peregrino en tu busca. Es la condición de todo ser humano que quiera vivir en la onda de lo divino.

.Sé de dónde vengo, a dónde voy...Estas preguntas, de verdad, me da a veces miedo pensar en ellas porque, o bien sigo la verdad, o bien sigo instalado en mi comodidad aunque me encuentre a disgusto.

.Por el desierto de mis días, sé que nunca me abandonas. Me das, como a tu pueblo, el maná de tu Eucaristía. ¿Tengo derecho a vivir instalado? Es una contradicción y un baldón para mi vida. Gracias, Señor por haberlo comprendido mejor ante tu presencia.