Himno meditado
En esta tarde, Cristo del Calvario

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?

¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?

Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.

Y sólo pido no pedirte nada,
estar aquí, junto a tu imagen muerta,
ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta. 

Amén.


Reflexión:

.¡Cuánta barricada levanta el hombre contra sí mismo!

.La única barricada inútil es levantarla para alejarme de ti. Por mas alta que la hiciera, allí estás. Los soberbios de Nínive fallaron en sus cálculos de su amada Torre para escalar hasta el cielo.

.¡ Qué necios somos los seres humanos cuando andamos siempre con quejas por la menor cosas que nos suceda!

. Y en esta tarde, junto a ti en el calvario, no vengo huyendo del mundo, sino buscando un rato de paz y de consuelo junto a ti.

. Y me quedo admirado ante tu cruz, dolorido y maltrecho, con tus manos ensangrentadas y las mías vacías. Quiero llenarlas de buenas obras, tenderlas al extraviado, abrazar con ellas al necesitado...

. No quiero vivir vacío las horas que hoy me concedas, pues me dan ganas de repartir amor al ver el tuyo rasgado en la cruz.

. Tu dolor me abre la puerta santa para el encuentro a solas contigo, en esta noche de mi oración de gratitud por todo lo que haces y has hecho conmigo. Nada de barricadas, sino de frontera abierta para todo el universo.









.