Himno meditado

Al filo de los gallos viene la aurora

Fuente: Liturgia de las horas

Reflexión: Padre Felipe Santos Campaña, SDB

 

 

Al filo de los gallos,

viene la aurora;

los temores se alejan

como las sombras.

¡Dios, Padre nuestro,

en tu nombre dormimos

y amanecemos!

Como luz nos visitas,

Rey de los hombres,

como amor que vigila

siempre de noche;

cuando el que duerme,

bajo el signo del sueño,

prueba la muerte.

Del sueño del pecado

nos resucitas,

y es señal de tu gracia

la luz amiga.

¡Dios que nos velas!

Tú nos sacas por gracia

de las tinieblas.

Gloria al Padre, y al Hijo,

gloria al Espíritu,

al que es paz, luz y vida,

al Uno y Trino;

gloria a su nombre

y al misterio divino que nos lo esconde. 

Amén

 

  Reflexión:  

. Señor, al despertar esta mañana, me he encontrado contigo. La luz blanca de la aurora ha sido una invitación clara para que, en este día, viva tan alegre y feliz como la blancura que cubre el universo.

. Ya han desaparecido de mi vista los temores y las pesadillas. Soy un ser nuevo que ha amanecido a los encantos de tu obra creada, mi amada naturaleza, trampolín para acercarme a ti, para pensar en ti y para ver tu huella por todos sitios.

.¡Qué bueno eres conmigo! Tu primera visita es de una luz brillante  que espanta las tinieblas, símbolo del mal.

.Recuerdo ahora, Señor, las palabras de tu amigo Agustín: “Señor, haz que en mi corazón nunca entren las tinieblas sino tu luz”.

.Quiero vivir este día bañado por tu presencia cada vez que vea la luz natural. Haz que sepa encontrarte en ella y en toda criatura, reflejo e imagen de ti en ella.