Cántico
Súplica por la cuidad de Dios
Sir. 36,1-7.13-16
Fuente: Liturgia de las horas
Nuestra
apelación al poder de Dios reclama sus signos experimentados ya anteriormente.
Sálvanos,
Dios del universo,
infunde
tu terror a todas las naciones;
amenaza
con tu mano al pueblo extranjero,
para
que se sienta tu poder.
Como
les mostraste tu santidad al castigarnos,
muéstranos
así tu gloria castigándolos a ellos:
para
que sepan, como nosotros lo sabemos,
que
no hay Dios fuera de ti.
Renueva
los prodigios, repite los portentos,
exalta
tu mano, robustece tu brazo.
Reúne
a todas las tribus de Jacob
y
dales su heredad como antiguamente.
Ten
compasión del pueblo que lleva tu
nombre,
de
Israel, a quien nombraste tu primogénito.
Ten
compasión de tu ciudad santa,
de
Jerusalén, lugar de tu reposo.
Llena
a Sión de tu majestad
y
al templo de tu gloria.
Gloria
al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.