Cántico

Felicidad del pueblo redimido

Jr. 31,10-14

Fuente: Liturgia de las horas

 

El pueblo de Dios en el destierro, sintiéndose castigado y lejano de Aquel, con una vida insignificante, profetiza ante las naciones, su salvación por parte de Dios, al presente aparentemente inalcanzable.

 

Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,

 anunciadla en las islas remotas:

 “El que dispersó a Israel lo reunirá,

 lo guardará como un pastor a su rebaño;

 porque el Señor redimió a Jacob,

 lo rescato de una mano más fuerte.”

 

Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,

 afluirán hacia los bienes del Señor:

 hacia el trigo y el vino y el aceite,

 a los rebaños de ovejas y de vacas;

 su alma será como un huerto regado,

 y no volverán a desfallecer.

 

Entonces se alegrará la doncella en la danza,

 gozará los jóvenes y los viejos;

 convertiré su tristeza en gozo,

 los alegraré y aliviaré sus penas;

 alimentaré a los sacerdotes con manjares

     sustanciosos,

y mi pueblo se saciará de mis bienes.

 

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.