Cántico

Alegría por la Nueva Jerusalén

Is. 61, 10- 62, 5

Fuente: Liturgia de las horas

 

El gozo de palpar en nuestra propia persona la virtud divina, nos estimule a proclamar su magnificencia.

 

Desbordo de gozo en el Señor,

y me alegro con mi Dios:

porque me ha vestido un traje de gala

y me ha envuelto en un manto de triunfo,

como a un novio que se pone la corona,

o a una novia que se adorna con sus joyas.

 

Como el suelo echa sus brotes,

como un jardín hace brotar sus semillas,

así el Señor hará justicia

ante todos los pueblos.

 

Por amor de Sión no callaré,

por amor de Jerusalén no descansaré,

hasta que despunte la aurora de su justicia

y su salvación llamee cono antorcha.

 

Los pueblos verán tu justicia,

y los reyes, tu gloria;

te pondrán un nombre nuevo

pronunciado por la boca del Señor.

 

Serás corona fúlgida en la mano del Señor

y diadema real en la palma de tu Dios.

 

Ya no te llamarán “abandonada”;

ni a tu tierra, “Devastada”;

a ti te llamarán “Mi favorita”, 

y a tu tierra, “Desposada”,

porque el Señor te prefiere a ti,

y tu tierra tendrá marido.

 

Como un joven se  casa con su novia,

así te desposa el que te construyó;

la alegría que encuentra el marido con su esposa,

la encontrará tu Dios contigo.

 

Gloria al Padre , y al Hijo, y al Espíritu Santo.